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Año 19 - Abril/2017
BIMESTRAL
N° 98
polÃtica    INICIO      Virenes 29 de Marzo del 2024    
  EDITORIAL

  POLÃTICA
UNIDAD Y DEMOCRACIA
¿FRAUDE: HACIA UN GOBIERNO DÉBIL Y VICIADO?

  REPORTAJE
¿QUIÉN ES LA MUJER ECUATORIANA?

  OPINIÓN
RESULTADOS ELECTORALES FRAUDULENTOS

  ENTREVISTA
U. DE CUENCA FESTEJA SUS 150 AÑOS DE VIDA

  TURISMO
EL CANTON PALTAS

  CULTURA
LOS MORENO MORA
EL ORO DE SUSANA

  COMUNIDAD
TRAZA URBANA DEL CENTRO HISTÓRICO DE CUENCA
LA CASA DE LA MUJER

POR: Francisco Escandón Guevara

 

 


¿Fraude: hacia un gobierno débil y viciado?
Los resultados de la segunda vuelta electoral en el Ecuador serán motivo de los más variados análisis, no sólo por la polémica diferencia porcentual existente entre los binomios contendientes, sino por el tipo de proselitismo experimentado y las inconsistencias anunciadas por la oposición al oficialismo como fraude electoral.

El preludio de estas elecciones fueron las del 19 de febrero en las que el oficialismo no logró su principal propósito de ganar sin necesidad de un balotaje. En ellas la impugnación de los escaños asignados para la Asamblea Nacional y el Parlamento Andino, la aparente ruptura en la cadena de custodia de las actas de escrutinios, la cuestionada inviolabilidad del sistema informático causó una generalizada sospecha de parcialización del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Sobre la campaña del binomio Moreno-Glas aún penden acusaciones de corrupción, pero sobretodo la carga de representar la continuidad de una década caracterizada por una diatriba discursiva anti oligárquica, de izquierda y soberana, pero una práctica que favorece a los intereses económicos de los monopolios nacionales e internacionales, una escalada de violación a los derechos humanos y los de la naturaleza, el enriquecimiento ilícito de altos funcionarios del Estado, etc.
Quizás por eso en la segunda vuelta electoral la renuncia al debate público, la escasa exposición mediática de Glas, el intento de mostrar a Moreno como el rostro conciliador del correísmo, la agitación de un discurso crítico a ciertos aspectos de la gestión oficialista (prometidos enmendarlos), la exhibición de varias propuestas demagógicas configuran la estrategia usada por Alianza País que fue combinada por una contaminación propagandística a través de los medios al servicio del gobierno y por un despliegue del aparato estatal una vez más usado en el proselitismo político.
En la necesidad de un contradictor para el populismo de Carondelet, apelaron al juego dicotómico que pone en una orilla al bueno (correísta) versus el malo (anticorreísta que votó por el banquero) y diseñaron una campaña electoral que alimentó el paroxismo alrededor de los supuestos negativos de las candidaturas. Ese estilo de propaganda sucia generó una ola de violencia que tuvo su cima más alta en la agresión que fue víctima el candidato Lasso, su familia y acompañantes en el estadio Olímpico Atahualpa durante el partido de fútbol de la selección nacional.
Por otro lado la candidatura del banquero logró sumar adhesiones políticas y otras electorales. Sectores de la oposición de derecha (Nebot, Noboa, Gutiérrez, Bucaram) plegaron por un apoyo programático a los candidatos de la alianza CREO-SUMA, mientras que la oposición popular y de izquierda (Unidad Popular, sectores de Pachacutik, FUT, CONAIE, Frente Popular, etc.) convocó a sus bases a votar contra el correísmo, que en las circunstancias concretas le obligaban a votar por Lasso, sin acoger la propuesta programática del banquero candidato.
En el desarrollo del balotaje, Lasso tuvo que afirmar en su discurso algunas propuestas políticas para cautivar el electorado de la oposición popular: indulto a los presos políticos, devolver la administración de los fondos complementarios a sus legítimos dueños, eliminar el examen de ingreso a las universidades, pagar la deuda estatal al IESS, devolver la personería jurídica a varias organizaciones perseguidas por el actual gobierno, afirmar la gratuidad de la salud y la educación, etc.
Sin duda, un importante número de electores de los cerca de 5 millones que alcanzó Lasso se compone de quienes votaron para castigar al correísmo, no fue un voto neoliberal o de derecha, sino una acción para efectivizar la consigna ¡Fuera Correa, fuera! que se fermentó durante las movilizaciones que precedieron a las actuales elecciones. Para la mayoría de los votantes, esta elección se constituyó en un verdadero plebiscito sobre la continuidad o no del proyecto oficialista.
Corresponde ahora juzgar las votaciones alcanzadas por las candidaturas en disputa, pues el binomio del continuismo se adjudicó la victoria con un margen de diferencia de votos cercana a los 230mil, sin antes esperar la conclusión de los escrutinios e incluso el proceso de impugnación prometido.
Ello sucede luego de los rostros visiblemente desencajados de los principales del correísmo que simulaban un raquítico festejo frente a los resultados de exit poll presentado por 3 de 4 empresas que anunciaban el triunfo de Lasso.
Más allá de las especulaciones que circulan en diversos medios, llama la atención un conjunto de inconsistencias que se están denunciando. Cambio de votos de uno a otro binomio, adulteración de actas, suplantación de identidad, falsificación de firmas, violación del sistema informático, inflación del padrón electoral, inaccesibilidad a la página web que publicó las actas digitalizadas, entre otros, son los elementos que deberán ser probados por los denunciantes en el momento de su impugnación, analizado por los organismos electorales, rectificado en su pertinencia y sancionado, de ser el caso, sobre quienes torcieron la voluntad popular en un probable fraude.
Pero las preguntas inmediatas que se infieren son: ¿acogerá el CNE las impugnaciones, serán tratadas con la suficiente independencia, las juzgará en apego a la voluntad popular a perjuicio de que puedan cambiar los resultados expuestos en su página web?
A esta altura las inquietudes son mayores que las respuestas. Pero no eximen de responsabilidad al presidente del CNE, Juan Pablo Pozo, que básicamente declaró irreversiblemente ganador al binomio oficialista, sin que culmine plenamente el proceso electoral. Al juzgar ese accionar se pone en duda la independencia del árbitro electoral, no sólo por su expresa filiación orgánica-política al movimiento Alianza País, sino hasta por su relación de compadrazgo con el presidente Correa. Objetivo
El correísmo al autoproclamarse triunfador persigue un juego de psicología de masas que tiene la finalidad de: mostrarse inderrotable y poderoso, juntar a sus adeptos críticos-lejanos apelando a la defensa del proyecto, desmoralizar a la oposición para evitar su movilización inmediata y anestesiar de conformismo a la sociedad con el objeto de sortear la exigencia  ciudadana sobre el reconteo de votos.
Para lograr dicho propósito el régimen también impulsa una acción mediática distractora en la cual acusa de irresponsabilidad a las empresas encuestadoras que presentaron resultados del exit poll distintos a los que aspiraba Alianza País. La cortina de humo se completa con la visibilización de las misiones electorales internacionales que a priori ratifican la actuación del CNE, sin contrastar las denuncias de fraude planteados por distintos actores de la sociedad.
Lastimosamente para el oficialismo la instrucción psicológica planificada aún no logra los objetivos planteados. Para buena parte de los ecuatorianos hubo fraude electoral y un sector creciente está movilizado con el propósito de derrotar al correísmo en las urnas y en las calles, dependerá de la fuerza y continuidad de este tipo de acciones para que las impugnaciones que se presenten sean tratadas con la suficiente transparencia.
La encrucijada está en manos del régimen. Si evitan el tratamiento justo de las impugnaciones en el CNE tendrán a cuestas y sobre sus espaldas un gobierno sin la suficiente legitimidad, la opinión común de los ecuatorianos será que es un gobierno producto del fraude electoral, más si se considera que los votos de rechazo al correísmo, sumando los de Lasso y los nulos, representan más que los obtenidos por el binomio Moreno-Glas.
Al parecer el oficialismo se atreve al ejercicio de un gobierno débil y viciado a partir del 24 de mayo.


 


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